miércoles, 22 de diciembre de 2010

No me gusta el gordo


No me gusta, lo siento. Sé que soy raro. O al menos así me siento. Llevo todo el día intentando esquivar el dichoso sorteo del Gordo de Navidad. Sinceramente, no lo entiendo. Juegas. Te toca. No te toca. Punto.
Sin embargo, desde primera de hora de la mañana el país se paraliza, los informativos se centran en las bolitas y los gritos de los niños. No hay forma de saber nada más. Teniendo en cuenta que los que protagonizan la patética imagen de la fortuna son unos pocos, el resto de la gente (la mayoría) dedica la jornada a hablar de la salud.
Exagero, lo sé, pero si me saca de quicio hablar del dinero que le ha tocado a la vecina o que le ha dejado de tocar, elevar la salud a la categoría de bien insustituible ya me parece una sandez. La enfermedad existe. Y no es repudiable, todos la encararemos. Así que, o la aceptamos o nuestra sociedad está fallando en algo.
En el día del Gordo de Navidad sólo me cabe desearos una Navidad en familia, un año trabajado y esforzado, y que podáis disfrutar del día a día. Ese es el verdadero premio.

2 comentarios:

  1. Supongo que si te hubiera tocado te gustaría un poco más... estoy contigo en que quizá sea excesiva la atención que se le muestra, pero yo creo que tiene su encanto.

    Una muestra más de que la Navidad es alegría.
    ¡Feliz Navidad!

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  2. Como casi siempre, tienes razón. ¡Aunque no creo que lo publicara en el blog!

    ¡Feliz Navidad a ti también!

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