viernes, 29 de enero de 2010

Clases de seducción, por Mariano Rajoy


[Me vais a permitir que vuelva a hacer una entrada tan solapada sobre las elecciones en Catalunya. El otro día me hicieron escribir sobre esto y no he podido evitar caer en la tentación de publicarlo]


Llegados a este punto, resulta interesante ver cómo la sentencia del Estatut encarna el cambio de política del PP. En la primera legislatura que el Partido Popular se pasó en el “banquillo”, la estrategia en Génova fue la de ejercer de abanderados de la defensa de España y su integridad. Moviéndose en las peligrosas aguas del nacionalismo exacerbado, los populares prefirieron renunciar a Cataluña para lograr más apoyos en el resto de España. Esta actitud derivó en el “pacte del Tinell” y la posterior marginación del partido en Cataluña.

Hoy la situación es bien distinta. ¿Por la actitud de los partidos catalanes? Está por ver. Las encuestas preelectorales dan como claro favorito a CiU, que lo sabe. El partido nacionalista está como la guapa de la fiesta. Parece decir “mírame, pero no me toques”, y de momento mantienen abiertas todas las opciones de pacto. Y entre los solteros de la fiesta, se ha colado el PP. Cortejando como los que más, los populares esperan que al acercarse a la barra del bar, la conversación vaya sobre economía, paro y política social, porque si la conversación acaba girando en torno al recurso del Estatut, lo más probable es que acaben otra noche tomando una copa en una esquina del local.

¿Y sólo depende de eso? No. Mariano Rajoy sabe que tiene que ponerse su mejor traje para tratar de conquistar a la solterita de oro. En este caso, el traje tiene que estar bordado en un número de escaños suficiente como para que la próxima cita sea en el Palau de la Generalitat.

Así pues, el Partido Popular más “catalán” de lo últimos año se encuentra ante el difícil reto de lograr que la memoria colectiva catalana sea fugaz, la resolución del Tribunal Constitucional no derive en una crisis de estado y las ganas de cambio superen a la animadversión general que suele votar la papeleta de color azul. Si además tenemos en cuenta que, si no logran mayoría absoluta en las próximas elecciones, su llegada a la Moncloa dependerá de lo hábiles que sean con coqueteos con partidos como CiU y el PNV, las elecciones en Cataluña se antojan vitales. Todo un reto apto sólo para los mejores seductores.



domingo, 24 de enero de 2010

Hagamos cábalas (Catalunya '10)























Frenético, meticuloso, cardíaco, expectante, alerta. Este es el estado de la política en Catalunya. Se acerca la recta final y los políticos apuran sus opciones para dejar lo deberes hechos. Para la mayoría de partidos, los deberes por hacer o, mejor dicho, la principal incógnita pre electoral es la sentencia del Constitucional. Esa sentencia que parecía que nunca iba a llegar puede marcar decisivamente el panorama electoral. Una sentencia muy negativa dejaría al PP en un mal lugar de cara al electorado (ya que ellos son los abanderados de la denuncia al TC), mientras que favorecería a los partidos más "guerrilleros" en esta cuestión. Por otro lado, una sentencia poco contraria aliviaría las tensiones estatutarias.














Sin embargo, para muchos, los deberes de última hora no van a les van a llevar a ningún sitio, pues parece ser que el electorado ya tiene algunas cosas claras. Para empezar, que el modelo de tripartito está agotado. PSC, ERC i ICV van a perder escaños. Eso es un hecho, lo que está por ver es si logran seguir sumando para llegar al Palau de la Generalitat.

¿Los grandes beneficiados? Para empezar CiU, que se las promete muy felices en el 2010. También el PP, que ganaría algunos escaños (aunque tiene una posición muy complicada y va a tener que trabajar mucho antes, durante y después de las elecciones). ¿Alguien más? Sí, los nuevos alumnos: Reagrupament.cat (a la espera de recibir el apoyo -o no- de Laporta), UPyD y una posible sorpresa desagradable, el partido xenófobo de Josep Anglada (también se habla de que Montserrat Nebrera, ex PP, se presente con un nuevo partido de corte catalano-conservador -¿habrá espacio?-).

Sin embargo, hay algo que me parece especialmente interesante sobre unas elecciones que ya lo son de por sí: su influencia sobre las generales. ¿En qué sentido? Bueno, no parece que como pulsómetro electoral. ¿Entonces? Por la necesidad de pactar. A no ser que se produzca una sorpresa mayúscula, no parece que nadie vaya a lograr la mayoría suficiente como para gobernar. ¿Posibilidades?

1. Sociovergència. El pacto entre las dos principales fuerzas catalanas (CiU+PSC), parece difícil pero no imposible. Difícil porque tradicionalmente los dos partidos se han estado "repartiendo palos" mutuamente, y esta legislatura no ha sido muy distinta. Sin embargo, el talante de CiU (que ha respaldado en distintas ocasiones al PSC), hace que no sea raro plantearse este pacto.

2. CiU+PP. Muy bien lo tiene que hacer el PP para lograr encandilar a CiU. Sin embargo, no va por el mal camino. Las recientes declaraciones de Artur Mas así lo atestiguan, aunque está por ver lo que pasa con el Estatut.

3. Nacionalistas al poder. CiU, ERC, Reagrupament... Una posibilidad que no debe descartarse. No parece probable que ERC venda muy caro su apoyo (amagan con las consultas sobre el autogobierno, aunque está por ver).

4. ¿Gobierno a la italiana? La incertidumbre de la llegadad de nuevos partidos podría dar lugar a un gobierno de minorías, una especie de reedición del tripartito, aunque no parece probable.

De todas formas, si CiU decide pactar con alguno de los partidos de Madrid, eso dejaría bastante definido el futuro de los pactos de las generales del 2012. Ya se sabe que un pacto autonómico luego suele trasladarse a Madrid, puesto que lo contrario sería ingobernable. Por este motivo en el PP están más que atentos a lo que pueda suceder en octubre y van a dedicar un gran esfuerzo por conquistar el corazoncito del electorado catalán (dejaremos las paradojas para otro post...).

viernes, 22 de enero de 2010

¿Change?











60. Ésta es la mágica cifra que permite que los proyectos de ley puedan ser discutidos en el Senado norteamericano para su aprobación. 60. Es el número de senadores que tenían los demócratas hasta las elecciones del pasado 19 de enero. 59. El número que tienen ahora, y que impide al Gobierno de Barack

Obama seguir adelante con una de sus principales promesas electorales: la reforma sanitaria.

Las elecciones del pasado 19 de enero en Massachussets pueden marcar un cambio de rumbo en la política norteamericana. El estado del noreste americano ha sido tradicionalmente uno de los bastiones de los demócratas. Es el estado del mítico Ted Kennedy, que hasta este pasado año estuvo representando a los demócratas en el Senado. También es el estado en el que casi hay casi dos afiliados demócratas por cada afiliado al partido republicano. Robert Gibbs dejó claro el impacto que ha tenido la derrota en la Casa Blanca, al dejar caer que el Presidente se siente “frustrado” por el resultado electoral.

¿Qué supone esta derrota? A priori, un mensaje muy claro para el Gobierno del Presidente del “Yes we can”: la reforma sanitaria no cuenta con el apoyo de la masa popular norteamericana. La propuesta de Obama pretende crear una red de hospitales paralela a la privada para garantizar la cobertura sanitaria universal. Esta reforma, buena a priori, le ha valido el apodo de “socialista” al Presidente (algo objetivamente despectivo en Estados Unidos). Además, la contracampaña que ha conllevado sus intenciones reformistas están llevando a la deriva electoral a los demócratas.

¿Por qué este rechazo al proyecto de Ley? En primer lugar, porque el actual sistema sanitario cubre al 85% de la población estadounidense. También porque, en el contexto de crisis actual, el faraónico plan se antoja imposible. Se estima que el gasto en los próximos 10 años llegue hasta los 975.000 millones de dólares, algo que la ya cargada

Deuda Pública difícilmente puede asumir. El pueblo de Massachussets, y el norteamericano por extensión, teme que las promesas de Barack Obama lastren la recuperación del país y tengan que salir adelante a través de los impuestos de los contribuyentes.

Por último, existe el miedo a que la llegada de la sanidad pública mine el potente sistema sanitario privado, pionero tanto por atención al paciente como por investigación. Desde luego, se hace difícil pensar en que se siga pagando por algo que se promete como gratuito.

Pase lo que pase, está claro que la reforma que plantea Barack Obama puede salirle muy cara a los demócratas. Pasado el fervor electoral, parece que la primera dicotomía seria entre cumplir las promesas electorales o el gobierno práctico ha llegado.


miércoles, 6 de enero de 2010

Nada nuevo bajo el sol...





Hoy he comido con mi abuela. En las conversaciones típicas de sobremesa ha salido un tema que ha sacudido el panorama político esta temporada: la corrupción. La sentencia de mi abuela, que vive en uno de los municipios afectados por este escándalo, me parece muy elocuente.
"Mira - me decía -, corrupción ha habido siempre. Sin embargo, hasta ahora no había salido a la luz". Yo he empezado a armar la típica respuesta sobre la necesidad de "destruir para poder reconstruir algo mejor" (es decir, que me parece genial que salte a la luz), cuando ella me ha descolocado por completo al decir que no cree conveniente que se esté descubriendo. Su explicación me ha dejado pasmado: "cuando vemos todo lo que han estado haciendo los políticos, los mayores nos desesperamos porque vemos que todo lo que hemos hecho para reconstruir este país se lo están cargando ellos y vosotros, los jóvenes, perdéis la fe en la política y su funcionamiento".

Sigo sin estar de acuerdo con la opinión de mi abuela - sobre si se debe hacer públicos o no los escándalos de corrupción -, pero el análisis me parece acertadísimo. No sé, a veces pensamos que hace falta consultar a un experto en sociología para conocer el impacto de acontecimientos como estos.Para mí ha sido toda una lección recibirlo de una persona humilde como mi abuela en el momento menos esperado.

domingo, 3 de enero de 2010

Año nuevo...


Bueno, esta entrada es, sencillamente, una disculpa por mi retraso en las entradas. Si juntas los exámenes y el inicio de las vacaciones, el resultado de la ecuación es la inactividad bloguera. ¡lo siento!

Me alegra ver que ya sois "unos cuantos" los que empezáis a seguir el Blog, ¡muchas gracias! Estaré super agradecido de recibir correcciones, ideas, propuestas para posibles entradas, etc.

En fin, espero que el 2010 os trate muy bien y sigáis paseándoos por aquí. ¡Nos vemos!