jueves, 7 de abril de 2011

Dona de primavera

Darrere les paraules només et tinc a tu.
Trist el qui mai no ha perdut
per amor una casa.
Trist el qui mor envoltat de respecte i prestigi.
Jo em crec el que passa en la nit
estrellada d'un vers.

Joan Margarit

lunes, 21 de febrero de 2011

Amor y vanidades

Disney nos ha matado. No hay princípe azul y la media naranja es una mentira. Todas sois atractivas y simpáticas y todos tenemos mirada segura y brazo fuerte, pero nadie es así. Ser yo sale demasiado caro. Porque vivimos un eterno artificio y en búsqueda de la autenticidad, y todos acabamos siendo falsos por el camino.
No nos engañemos, quitarse la máscara es fracasar. Porque mi rol es ser chulo y distante, distraído, lejano, altivo. Para así, el día que tenga un detalle, lo sepas apreciar y te creas especial. Es la feria de las vanidades y la apariencia es el precio justo que hay que pagar por lograr el clímax de la confianza. No te culpo, probablemente si actuaras con naturalidad la gente se asustaría: ¡nadie es tan insensato como para ser sincero!
Pero no renuncio a la idea de que no existe la media naranja. ¡Tú y yo podríamos ser muy felices! En este espectáculo de apariencias el sí y el no dependen de una tontería, no nos engañemos. Puedo hacerte creer, aunque también puede que me dejes en el estante equivocado. Pero no creas que fue porque no somos compatibles. Para eso tendríamos que conocernos. Acepta que es por este juego de azares y quizás así lograrás poner la cola al burro.

PD: Sé que esto supone un giro radical a la tónica de mi blog. Pero a veces conviene forzar un cambio de enfoque para ganar en perspectiva. Y sin perspectiva, ¡no hay Kujifunza!

lunes, 24 de enero de 2011

Lo sé, es la segunda entrada del día, y eso-no-se-hace-bajo-ningún-concepto. Pero tenía que hacerlo. Qué le haremos.

Y es que acabo de darme cuenta de que, en el fondo, estamos jodidos. "En la vida a veces se gana y otras se pierde". Me gusta esa frase. No es que esté siendo negativo, es que es lo que hay. Por tanto, lo único que importa es la actitud con la que nos enfrentamos a ello. La vida es así. Cuando racionalmente no puedes dar más explicación a lo que ha pasado, sólo te quedan dos alternativas: estirar de la manta y taparte hasta las orejas o abrigarte un poco y aguantar la tormenta. Y como tenemos que salir a la calle, hagamos de tripas corazón. Sonreír y saludar, dicen los pingüinos. ¡Vamos!


Una de cal y una de arena

Siento el retraso en mis entradas, pero realmente no sé a dónde me está llevando la vida. Quién sabe, ¡igual dentro de poco tenéis alguna ciber-sorpresa por aquí!

En cualquier caso, hoy me gustaría compartir con vosotros un párrafo brutal de las Ilusiones Perdidas. Creo que encaja perfectamente con nuestra excelsa clase política.

Se preciaba de poseer amplios conocimientos en diplomacia, la ciencia de los que no tienen ninguna y que resultan profundos por su vacuidad; ciencia, por otra parte, muy cómoda en el sentido de que se demuestra por el ejercicio mismo de sus altas funciones; porque necesitando hombres discretos, permite que los ignorantes no digan nada, refugiándose en misteriosas inclinaciones de cabeza; y porque, finalmente, el hombre más experto es el que nada manteniendo su cabeza fuera del río de los acontecimientos, pareciendo así dirigirlos, lo cual se convierte en una simple cuestión de falta de peso específico.