jueves, 21 de octubre de 2010

¿Para qué vivir?



Nacemos. Mamá, papá.
Vamos al parbulario. Ma, me, mi, mo, mu. Y llega el colegio. Los compañeros de clase, los deberes, el patio, el bocadillo y los cromos. Y ya estamos en secundaria. Gallitos, broncas, granos, chicas y peleas. Algunos aguantan y otros se echan a perder.
Bachillerato. Selectividad. Soy mayor. La universidad.
Y conocer a gente, y pasar cursos, y trabajar. Entras en el sistema.
Piso. Trabajo. Coche. Trabajo. Boda. Trabajo. Niño. Trabajo. Niña. Trabajo. Preocupaciones. Trabajo. Jubilación.
Estás fuera. Nietos. Ya no sirves. Se acabó.

La vida son suspiros y hoy me preguntaba qué sentido tiene todo. Dentro de nada acabaré la universidad y entrare en la etapa en la que todos nos dejamos la vida en pos de un dinero que quizás no sirva para nada.

¿O sí? Probablemente vivamos una vida insignificante y después de un tiempo todo dé igual. Por eso mismo los demás importan. Si nadie va a recordar tu nombre mañana, baja a la tierra y empieza a vivir. Sonríe al camarero, deja pasar primero al desconocido y deséale un buen día al conductor del autobús.
No sabemos si haremos algo que cambie el mundo radicalmente. Probablemente no. Pero tenemos la oportunidad de hacer felices a miles de personas, aunque sea sólo un segundo. Hacerles despertar del letargo, desgarrar la rutina, hacerles sonreír.




Ah, y sí, a alguien sí le importamos. Aún si estamos solos aquí, hay Alguien que se preocupa por lo que hacemos. Y nos está esperando con los brazos abiertos.

2 comentarios:

  1. Primera vez que leo el blog y no se muy bien como he acabado en esta entrada... ni como he acabado aqui. Pero, ENHORABUENA! una muy buena entrada.

    Josh Billings dijo una vez que "la vida no consiste en tener buenas cartas, sino en jugar bien las que uno tiene"

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  2. Muchas gracias Paloma, me honra tu comentario. Coincido con la idea que citas, digamos que para jugarlas bien es necesario saber por qué jugamos también!

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